Eso sí, no lo tendrá nada fácil en Estambul, puesto que el Fenerbahçe solo ha sido derrotado en una ocasión en sus últimos 18 partidos jugados en casa, en la UEFA Europa League. Mientras que en la Liga el Sevilla estuvo a punto de descender, salvándose en la última jornada, en la Copa de Europa alcanzó los cuartos de final, siendo derrotado por el Real Madrid, que se proclamaría de nuevo campeón. Esa temporada de 1956/57 el equipo logró el subcampeonato de Liga, solo por detrás del Real Madrid de Di Stéfano, lo que le permitió participar por primera vez en la Copa de Europa, al haber ganado el equipo madridista la Copa de Europa el año anterior. En la década de 1960 el Sevilla entró en crisis económica debido a las deudas contraídas para construir el nuevo estadio, razón por la cual se vio obligado a ir vendiendo a sus mejores jugadores: el primero fue Ruiz Sosa, al Atlético de Madrid; luego Francisco Gallego, al Fútbol Club Barcelona, con gran enfado de la afición; y el paraguayo Agüero, al Real Madrid. En la temporada 1950/51, con Campanal como entrenador, el Sevilla quedó subcampeón de Liga por detrás del Atlético de Madrid de Helenio Herrera.
El arquitecto fue Manuel Muñoz Monasterio, coautor unos años antes del Estadio Santiago Bernabéu. Se inauguró el estadio el 7 de septiembre de 1958 en un partido amistoso con el Real Jaén C. F. Su primer partido oficial fue en la apertura de la Liga 1958/59 con victoria por 2-4 del Real Betis. Su delantera, «los stukas» (llamados del mismo modo que los devastadores aviones alemanes), marcó 216 goles en cuatro temporadas. El resultado final fue de 0-2 con goles de Diego Capel y Jesús Navas. El equipo lo entrenaba Ramón Encinas y el once ideal de aquella temporada lo componían José María Busto, Joaquín Jiménez, Diego Villalonga, Pedro Alconero, Francisco Antúnez, Pedro Eguiluz, José López Martínez, Juan Arza, Juan Araujo, José Palacios Herrera y José Campos Rodríguez. A los 13 años, mientras disputaba un torneo en Altair, Francisco fue descubierto por el inolvidable técnico Pepe Alfaro, quien le ofreció ingresar en la cantera sevillista. Copa. En 1955, al cumplir su 50.º aniversario, se celebró un torneo triangular contra el Stade Reims francés y el IFK Norrköping sueco, que ganó el Sevilla. Tras el fin de la guerra, el Sevilla ganó la primera Copa del Generalísimo (su segunda Copa de España), que conserva en propiedad.
En Sarriá, donde será apodado “el maestro”, Francisco seguiría mostrando su excelente calidad y su fútbol de seda, hasta que, tras siete campañas, decide colgar las botas, ya a finales de la temporada 1996/97. Como nota curiosa, en el ocaso de su carrera deportiva llegó a firmar un contrato con una cláusula de rescisión de 70.000 millones de pesetas, lo que convirtió al capitán del conjunto periquito en el jugador más caro del mundo. A partir de ese momento, Francisco pasa al ostracismo del banquillo y de la grada, sin que Cantatore contase con él de cara a la siguiente temporada. Ese año, el decreto del 22 de febrero por el que se creó la Delegación Nacional de Deportes, colocó al deporte español bajo el control del Movimiento, limitando las funciones sociales de los clubes de fútbol. La Delegación Nacional, presidida por José Moscardó, designaba a los directivos de las federaciones regionales y éstas nombraban a su vez a los presidentes de los clubes, que debían identificarse políticamente con el régimen franquista.